24/1/13

Un descanso verdadero, Amos Oz

(Notas al vuelo.)

Yonatán.

Un kibutz es un objeto artificial. No es una ciudad, ni siquiera un pueblo, con historia. Es, en cierto modo, como las urbanizaciones de los suburbios americanos (o de cualquier ciudad; pensábamos en Revolutionary Road, gran película) donde se reúnen familias que pretenden tener vidas perfectas. Salvando las distancias, la opresión de esa entrega, esa felicidad forzosa, puede ser trágica. Yonatán se siente así. No cabe allí su ansia de vida. Todo está programado. El deber de servir a la comunidad es lo primero y, además, con un idealismo que los pioneros pretenden ver vivo en las generaciones siguientes, las que ya han nacido en el kibutz. No cabe el desánimo ni cabe la tristeza.
 Novela de grandes temas. La identidad judía, ¿qué es? ¿Qué tiene en común un «chico de kibutz», con la dentadura perfecta y la piel dorada de trabajar al sol, con un recién llegado que ha vivido persecuciones a través de Europa?

 Azarías
Un kibutz es un hogar. Personas que se cuidan mutuamente trabajan por un mundo mejor. Mejor, al menos, para los que, como él, han vivido huyendo como ratas. ¿Comiendo gatos? Ah, Azarías solo quiere pertenecer. Pertenecer a un pueblo. En segundo lugar quedan su fantasía desbordada y su ambición. Lo primero es esa necesidad de sentirse arropado que lo empuja a entretener como un bufón, a ser brillante como un niño. Azarías habla rápido porque tiene miedo de callarse. Yonatán no habla porque no tiene nada que decir, porque es todo ansia.

8/1/13

Expiación

expiación. (Del lat. expiatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de expiar. expiar. (Del lat. expiāre). 1. tr. Borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio. 2. tr. Dicho de un delincuente: Sufrir la pena impuesta por los tribunales. 3. tr. Padecer trabajos a causa de desaciertos o malos procederes. 4. tr. Purificar algo profanado, como un templo. ¶