tag:blogger.com,1999:blog-6368859064756923062024-03-13T01:57:57.644+01:00Grupo de lectura Biblioteca de NavaLeer es dialogar. La lectura es un acto.Tienda de Voceshttp://www.blogger.com/profile/13845105431063909397noreply@blogger.comBlogger39125tag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-29916271591120634832016-04-22T12:35:00.003+02:002016-04-22T14:36:20.714+02:00Un fragmento, de La resistencia de Ernesto Sábato, antes del desayunoEste jueves 21, los 13 participantes del club de lectura de la Biblioteca Municipal de Nava, hemos disfrutado conversando sobre el magistral ensayo de Ernesto Sábato La resistencia, es decir, como expresó Ismael Calero, el director de estas sesiones literarias, los 13 hemos sido resistentes, porque así podemos llamar a todo aquel que dispone de su tiempo para charlar en grupo sobre literatura, y aún más, sobre literatura con tan alto nivel de transparencia y disección de la sociedad y el hombre postmoderno. Y es que, frente a este postmoderno individualista, consumista y fragmentado, absolutamente carente de relato y sentido propio, temeroso y sensible a lo inmediato, huidizo e irresponsable ante lo colectivo, los trece magníficos tertulianos del club de lectura naveto, expusimos al colectivo nuestra visión constructiva y comprometida, al tiempo que nos analizamos y comprometimos a seguir resistiéndonos a que esta ideologización de la tecnología individualista, esta agonía de "lo común", tarde lo más posible en llegar. La lectura de "La resistencia" de este gran escritor no nos ha dejado indiferentes a ninguno. Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-993668518695848552014-01-03T13:05:00.004+01:002014-01-03T13:07:07.173+01:00Lolita, Vladimir Nabokov<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtflR4gLakgjWij4kIfsf8MubodRxQWEQkRDItuWbdGTgpVFIRI81XQMoRwbXL_IRp14Jj3Ly-LFSAzwNXg4WeuSQfNa7zriJ0gW_0zCqTHeD8LR30OurZRMbBFp1dZkQ7PGv7XNrAcFgr/s1600/download.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtflR4gLakgjWij4kIfsf8MubodRxQWEQkRDItuWbdGTgpVFIRI81XQMoRwbXL_IRp14Jj3Ly-LFSAzwNXg4WeuSQfNa7zriJ0gW_0zCqTHeD8LR30OurZRMbBFp1dZkQ7PGv7XNrAcFgr/s1600/download.jpg" /></a></div>
<div dir="ltr" style="margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: inherit; line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">Qué grandísima novela. En la charla sobre Nabokov se habló, sobre todo y sin que pudiéramos ni tuviéramos intención de evitarlo, del estilo. Nunca antes hubo tantas ganas de recordar el brillo del estilo, el ingenio asombroso con que describe Nabokov personajes, situaciones, lugares. Recorríamos las páginas adelante y atrás buscando los párrafos que con más fuerza nos habían sorprendido. Sí, sorpresa es una palabra adecuada. Admiración, mejor aún. Admiración perpleja ante el brillo de este autor. </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">Aspectos de la novela como el acierto (y la capacidad) de huir de lo fácil y presentarnos a un narrador que (¡sorpresa!) nos cae a menudo bien, y de presentar a una nínfula que (¡sorpresa!) no da el tipo de ángel inocente también fueron discutidos. Su falta de autocomplacencia (la del narrador) y su culpa (ningún Dios puede perdonarlo, por más que lo intente aquel cura católico, y si ese Dios lo perdonara, entonces nada tendría sentido y todo sería un chiste), su inteligencia y sentido del humor (carcajadas), todo nos maravilla. La pobre Lolita, que se muestra dura, resabiada, es atrapada en un momento de indefensión absoluta, pero ni eso hace que Humbert sueñe con abandonar su pasión loca, aceptada, por la que sabe que pagará. Hay escenas de amor y erotismo increíbles que turban al lector. Elegimos ésta: a Lolita se le ha metido algo en un ojo. Está quejándose con Humbert en el servicio de la casa de su madre, al principio, cuando él no hace más que pensar en ella. Humbert le explica que en Europa, para sacar las partículas de un ojo, se hace con la punta de la lengua y le pregunta si le importaría que él sacara eso que la molesta, con su lengua. Y lo hace. </span></span></div>
Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-25316942317195110622014-01-03T12:05:00.001+01:002014-01-03T12:06:43.129+01:00¿Estos ya no son buenos?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQn_xGW_J7JE4qCpzplY85h3K7vtSIjI4cbxpCIWFEGlj1oVCrgLmXcEZCdZEG_1TfGUlgxAL156Yc6qG7UCDhN0aY4iK9-j647Qiy1cKhkYYaJbAkd0pQJgxO-YP7MKbMe0Jj3NOugE0E/s1600/La+busca.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQn_xGW_J7JE4qCpzplY85h3K7vtSIjI4cbxpCIWFEGlj1oVCrgLmXcEZCdZEG_1TfGUlgxAL156Yc6qG7UCDhN0aY4iK9-j647Qiy1cKhkYYaJbAkd0pQJgxO-YP7MKbMe0Jj3NOugE0E/s320/La+busca.jpg" width="217" /></a></div>
<span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 17px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 17px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 17px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 17px;"><span style="font-family: inherit;">Fotografía de <a href="http://www.mitidieri.com/" target="_blank">Darío Mittidieri</a></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">La he visto y no he podido evitar pensar en la última escena de La busca, de Baroja. Esa desoladora sentencia de quien ya no cree que se puedan rescatar: </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit; font-size: large;">Estos ya no son buenos. </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">¿Cuándo? ¿Cuándo deja de ser bueno un ser humano? ¿Cuándo no puede ser rescatado? ¿Hay algún momento en que no se pueda ayudar a alguien? </span>Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-81827030830263277272013-12-13T13:02:00.004+01:002013-12-13T13:18:32.811+01:00La busca, Pío Baroja<div dir="ltr" style="margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">Qué novela, qué novela, repetimos. Qué novelista. Qué fuerza, gracia, perfección. El narrador describe los cielos sobre las afueras de Madrid y hace relatos sumarios entre diferentes etapas y escenas. El resto, la vida ocurriendo ante nosotros. El protagonista crece y es tan real como un niño real que se mantiene puro entre la hez. La crudeza de Baroja es absoluta. No hay concesiones ni afeites. La desnudez de la realidad que retrata no se cubre ni se averguenza. Creemos que la gracia de una escritura que no ha sido traducida antes de llegar a nosotros es como lluvia tibia en verano y nos hace expandirnos. Porque no hay otra explicación. Sí hay un humor, una ternura que no desaparece en los momentos más terribles, un amor a pesar de todo, a pesar del escepticismo y del propio autor, quizá, un amor por el hombre, débil y patético. Donde Zola se amazacota por el peso, Baroja suelta un chiste. La Regeneración del calzado, por todos los cielos. Donde parecía haber sólo inmundicia, aparece la ternura o la rectitud o la capacidad de admirar. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">Aun así con esta gracia, el realismo y el ritmo se vuelven expresionistas, fogonazos goyescos iluminan escenas infernales, pesadillas de la sociedad, lo invisible para las conciencias satisfechas, lo que desmonta el campamento, lo que lo tira todo abajo. ¿Lo que acaba con la esperanza? Ah, no, porque es Baroja y termina con una pregunta. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">La corrala es el mundo y en él todo cabe. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">«A cada vecino le quedaba para sus menesteres el trozo de galería que ocupaba su casa; por el aspecto de este espacio podía colegirse el grado de miseria o de relativo bienestar de cada familia, sus aficiones y sus gustos,[73] Aquí se advertía cierta limpieza y curiosidad: la pared blanqueada, una jaula, algunas flores en pucheretes de barro; allá se traslucía cierto instinto utilitario en las ristras de ajos puestas a secar, en las uvas colgadas; en otra parte, un banco de carpintero, la caja de herramientas, denunciaban al hombre laborioso, que trabajaba en las horas libres.</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">Pero, en general, no se veían mas que ropas sucias, colgadas en las barandillas; cortinas hechas con esteras, colchas llenas de remiendos de abigarrados colores, harapos negruzcos puestos sobre mangos de escobas o tendidos en cuerdas atadas de un pilar a otro, para interceptar más aún la luz y el aire.</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">Cada trozo de galería era manifestación de una vida distinta dentro del comunismo del hambre; había en aquella casa todos los grados y matices de la miseria: desde la heroica, vestida con el harapo limpio y decente, hasta la más nauseabunda y repulsiva.</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">En la mayor parte de los cuartos y chiribitiles de la Corrala, saltaba a los ojos la miseria resignada y perezosa, unida al empobrecimiento orgánico y al empobrecimiento moral.»</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">La obra nos lleva desde y hacia una pregunta, la de si en algún momento, y cuándo llega ese momento, pierde el ser humano su bondad, aquella con la que nace, su pureza. Cuando es irrecuperable. Un policía gallego, como quien no dice nada importante, tras un cielo estremecedor y una madrugada al raso, sentencia: Estos ya no son buenos. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">¿Por qué yo no soy bueno?</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">Conclusión I: vamos a por las otras dos partes de la trilogía. En nuestras casas, pero nos ha llegado, llamado. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="line-height: 17px; white-space: pre-wrap;">Conclusión II: tenemos que leer a los nuestros, a los clásicos, redescubrir lo que damos por sentado porque la riqueza nos deja patidifusos, boquiabiertos y tremebundos. Porque hablamos de Galdós (Don Benito, ese dios de los escritores), de Palacio Valdés (¡asturiano!), de Clarín (la debacle), de otros que parecen casi olvidados hoy día, como si estudiarlos en la escuela sirviera sólo para arrebatarles todo glamour. Intolerable. Volvamos a nuestros grandísimos, nuestros maestros. </span></span><br />
<div>
<br /></div>
</div>
Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-35490839058941711482013-11-18T16:31:00.002+01:002013-11-18T16:32:01.168+01:001899 Retrato de fin de sigloComienzo de la versión cinematográfica de <i>La busca</i>, de Angelino Fons (1966)<br />
Sitúa históricamente tanto a la llamada <i>Generación del 98</i>, como al propio Pío Baroja y, cómo no, a Manuel y los demás personajes de <i>La busca</i>.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="344" src="//www.youtube.com/embed/M_FPpmtxTd0" width="459"></iframe>Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-55388687198882028942013-11-18T16:19:00.004+01:002013-11-19T14:23:58.414+01:00El último encuentro, Sandor Marai<div class="MsoPlainText">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgFtqrv13578hUO7HYLwjRooIoSfwxf1ZkfQuyFqGkwkpCAsZr00icRCDH1O5TCdgyKUdEgdT4unrx0YoU15hpe6xEwQ3iF8roXsAZHz8ZBzJF27HZB2w-PBaaOvmhUCxSoV7SEBhJk3kJ/s1600/download.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgFtqrv13578hUO7HYLwjRooIoSfwxf1ZkfQuyFqGkwkpCAsZr00icRCDH1O5TCdgyKUdEgdT4unrx0YoU15hpe6xEwQ3iF8roXsAZHz8ZBzJF27HZB2w-PBaaOvmhUCxSoV7SEBhJk3kJ/s1600/download.jpg" /></a><i>El último encuentro</i> es una novela sobre la pasión escrita por Sandor Marai, el gran autor húngaro autor de obras como <i>La mujer justa</i>, <i>La herencia de Esther</i> o <i>La amante de Bolzano</i> que ha sido publicado con acierto y frecuencia en España durante los últimos años. Nacido en 1900, vivió el siglo XX como una crisis constante.</div>
<div class="MsoPlainText">
Ésta, que hemos descrito como "una novela sobre la pasión", tiene algunos de los rasgos más típicos de la obra de Marai: cierta teatralidad debida a esos nudos de relaciones que se han gestado durante largo tiempo y a cuya dramática resolución asistimos en un espacio que no varía, en un tiempo breve; personages fuertes (cómo no mencionar sus extraordinarios personajes femeninos); monólogos espeluznantes de poco realistas, de potentes, de profundos. Es un autor de ideas, de esos que son fuente de citas para los que gustan de subrayar, y un autor de pasiones. Explora las relaciones humanas, los deseos y temores, sus recovecos y extensiones. </div>
<div class="MsoPlainText">
En esta novela dos amigos íntimos (es novela también sobre la amistad) se reencuentran cuarenta años después de que uno de ellos huyera. Ambos han mantenida viva esta pasión de manera enfermiza. Es, de hecho, la pasión la que los ha mantenido vivos. En realidad sólo hay un personaje importante en la novela, el del general, que nos ofrece un monólogo de varios capítulos que avanza en oleadas y retórica arrebatadoras y se enfrenta a aquello que ha estado esperando, paladeando, a lo que se ha aferrado durante cuarenta años: este encuentro en que por fin puede hacer las preguntas que desea hacer, la pregunta, en fin, que desea hacer. Y todo el monólogo no deja de ser una disertación sobre la pasión que parece ser lo que finalmente da sentido a una vida. </div>
<div class="MsoPlainText">
Aunque no todos, por supuesto, hicieron en el taller la misma lectura. Despertó admiración por su sabiduría el general, en lo que sí parecía una confrontación directa con la opinión arriba expuesta de que la pasión era el tema fundamental de la novela y aquello a lo que se había aferrado el general para mantenerse vivo. Sabiduría del desprendimiento, casi, del sabio zen. Otros hicieron una lectura socio histórica viendo en la novela un retrato del cambio de paradigma de los ideales del Imperio austrohúngaro a la dispersión y falta de base en que se sentían tras su caída los “de la vieja escuela”. </div>
<div class="MsoPlainText">
Sea como sea, y a pesar de ciertas críticas dirigidas a la trama, pues cierto es que la trama es aquí únicamente recuerdo de trama, es lo que de ciertos hechos se ha mantenido hasta el presente, y no hay más que por el relato de los personajes aún vivos, acción tal como la entendemos, cierto es que los demás personajes no están muy definidos (¿no?¿la esposa del general y el amigo?). Sin embargo, no es una novela de acción. Es una novela de ideas, psicológica, y como tal efectiva y potente.<br />
<br />
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">"Porque a lo mejor el momento de levantar el arma para matar a alguien no es el momento de la máxima culpa. La culpa ya existe antes, la culpa reside en la intención."</span></div>
<div>
<br /></div>
Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-52612932056877696882013-11-15T12:22:00.001+01:002013-11-15T12:22:26.407+01:00El festín de Babette<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/AKuuW1jdzlc?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Maravillosa película para ver una tarde de noviembre. </div>
<br />Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-8646520096021239982013-11-13T14:15:00.002+01:002013-11-13T15:57:32.750+01:00Tres cuentos de Isak Dinesen<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAaWhtzL0WM14iKWwSFWrY5dzU5AqI-i3Me1zzRIZ4pbAX5-pwGeD5d8ChzLXbckYsxDpSvS3GHuInjvqvPIjRrgWgWeOUYPgmNghXcsfvvfTtKO_nfj8gTHgaKsXZNrrUPle6N2Pc5TmD/s1600/portada-cuentos-invierno_grande.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAaWhtzL0WM14iKWwSFWrY5dzU5AqI-i3Me1zzRIZ4pbAX5-pwGeD5d8ChzLXbckYsxDpSvS3GHuInjvqvPIjRrgWgWeOUYPgmNghXcsfvvfTtKO_nfj8gTHgaKsXZNrrUPle6N2Pc5TmD/s320/portada-cuentos-invierno_grande.jpg" width="193" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">Isak Dinesen juega con el lector con la delectación con que podemos jugar con un niño, no poniendo trampas para despistar y sorprender, sino disfrutando de cada instante del camino mientras consigue hacernos olvidar que habrá un final. Dentro de una historia, surgen otra y historia y, dentro, más. Y así, hipnotizados, avanzamos hasta que descubrimos de pronto la hondura a la que nos ha llevado cuando una especie de iluminación, un estremecimiento de maravilla nos sacude. Porque sin que nos diéramos cuenta, está hablándonos de lo más elevado y de lo más profundo. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">Porque ella es La Cuentista. Karen aprendió a contar cuentos en África. A los indígenas que trabajaban en su granja (todos recordamos Memorias de África) les narraba las más extraordinarias aventuras. Ellos, atentísimos, ojos brillantes, en un ejercicio de oralidad que en Occidente se ha perdido hace ya mucho. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">De cada uno de estos cuentos se podría escribir un ensayo, tal es la maestría que podríamos intentar desentrañar y exponer. Cómo es que cuando llegamos al final recordamos y nos damos cuenta de detalles en que no habíamos reparado y que cambian y enriquecen la lectura. Es lo que se hace con los microrrelatos. Con una carcajada de admiración vemos a Isak Dinesen hacer lo mismo con un relato de treinta páginas y siempre sin la menor trampa.</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">Además, la elegancia, la belleza de esta prosa. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">Además, la sabiduría. La sabiduría de las palabras de esta “mujer de edad”, como tantas de sus narradoras, que con cierta coquetería, que no disminuye en nada su magnificencia, nos trae historias que llegan al estómago, al corazón y a la cabeza. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">De entre ellas, cómo no resaltar esa Biblia del cuentista, <a href="http://navatallerdelectura.blogspot.com.es/2013/10/la-pagina-en-blanco-isak-dinesen.html">La página en blanco</a> (Últimos cuentos, 1957), a la que Javier Marías dedica su admiración. Personalmente, cuando descubrí este cuento hace ya muchos, muchos años, lo tecleé, lo imprimí (pantalla negra y letras amarillas) y lo pegué en la pared de mi habitación. Marías hablará mucho mejor de él: </span></span><br />
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; line-height: 17px;"><a href="http://www.javiermarias.es/VIDASESCRITAS/dinesen.html">http://www.javiermarias.es/VIDASESCRITAS/dinesen.html</a></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">.</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">En el grupo de lectura, leímos El joven del clavel y El acre del dolor, de Cuentos de invierno (1942), además de La página en blanco. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">En el primero, un joven escritor en plena crisis creativa, aunque todo se resuelve al final como si un niño jugara, decide huir de su vida. De su reciente esposa, a la que ha encontrado ya dormida al llegar al hotel, de sus conocidos. Va al puerto y allí cuenta historias a tres curtidos marineros. Una de las historias que cuenta es de color azul:</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">"Ahora puedo morir. Y cuando haya muerto, quiero que me saquen el corazón y lo depositen en este jarrón azul. Así, todo será como fue entonces. Todo será azul a mi alrededor; y en medio del mundo azul, mi corazón será inocente y libre y latirá dulcemente, como la estela que canta, como las gotas que caen en la pala del remo." Un rato más tarde les preguntó: "¿No es dulce pensar que, si se tiene paciencia, todo lo que se ha poseído vuelve a una otra vez?"</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">Claro que la historia sigue y nuestro héroe aprende…</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">En el otro, un joven de mundo vuelve a la casa familiar donde presencia una tragedia. ¿Tragedia? Esta historia es de una envergadura apabullante. Isak Dinesen no sólo era una gran narradora, sino que dirigía siempre su atención a lo más arduo de la existencia. </span></span><br />
<span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana;"><span style="line-height: 14px; white-space: pre-wrap;">Hubo, lógicamente, diferencia de opiniones, pero que en un taller de lectura alguien, más de una persona, declare su amor absoluto y eterno por Isak Dinesen con una pasión que cada vez es más difícil de encontrar para las “personas de edad”, es un éxito que no se mide.<span style="font-size: x-small;"> </span></span></span>Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-3469508873115044492013-10-10T19:39:00.005+02:002013-10-10T19:48:33.462+02:00La página en blanco, Isak DinesenCerca de las puertas de la antigua ciudad solía sentarse una anciana de piel color de café, cubierta con un velo negro, que se ganaba el pan contando historias.<br />
Decía la mujer:<br />
- ¿Queréis un cuento, señora gentil, caballero? He contado muchas, muchas historias, mil y una más, desde los tiempos en que dejaba que los muchachos me contasen a mí el cuento de la rosa roja, los dos suaves capullos de azucena y las cuatro serpientes sedosas, cimbreantes y mortalmente enlazadas. Fue la madre de mi madre, la bailarina de ojos negros a quien tantos poseyeron, la que hacia el fin de su vida, arrugada como una manzana de invierno y escondida detrás del piadoso velo, me enseñó el arte de relatar historias. La madre de su madre se lo había enseñado a ella, y ambas eran mejores narradoras que yo. Pero esto ahora no tiene importancia, porque, para las gentes, ellas y yo somos la misma y me tratan con gran respeto, puesto que vengo contando historias desde hace doscientos años.<br />
Después, si se le ha pagado bien y está de buen humor, proseguirá:<br />
- La de mi abuela - decía - fue una escuela bien dura.<br />
"- Sé fiel a la historia - me decía la vieja ruja -. Sé eterna e inquebrantablemente fiel a la historia.<br />
"- ¿Por qué, abuela? - preguntaba yo.<br />
"- ¿He de darte razones, desvergonzada? - gritaba ella- ¿Y tú quieres ser cuentista? ¿Tú vas a ser cuentista y yo he de darte razones? Pues bien, escucha: cuando el narrador es fiel, eterna e inquebrantablemente fiel a la historia, al final es el silencio quien habla. Cuando la historia ha sido traicionada, el silencio no es más que vacío. Pero nosotros, los fieles, cuando hemos dicho nuestra última palabra oímos la voz del silencio. Lo entienda o no una mocosa impertinente.<br />
"¿Quién es - prosigue la mujer - el que relata un cuento mejor que todas nosotras? El silencio. ¿Y dónde se lee una historia más profunda que en la página mejor impresa del libro más valioso? En la página en blanco. Cuando la pluma más finamente cortada, en su momento de mayor inspiración, ha escrito su cuento con la más preciada tinta, ¿dónde podrá leerse un cuento más profundo, dulce, alegre y cruel?: en la página en blanco."<br />
La vieja arpía calla un momento, suelta una risita y mastica algo en su desdentada boca.<br />
- Nosotras - dice finalmente-, las viejas que contamos historias, sabemos la historia de la página en blanco. Pero no nos gusta contarla, porque entre los no iniciados podría mermar algo nuestra fama. Aun así, voy a hacer una excepción con vosotros, dama hermosa y gentil y caballero de generoso corazón. A vosotros os la contaré.<br />
<a name='more'></a><br />
"En las altas y azules montañas de Portugal existe un viejo convento de monjas de la Orden Carmelitana, que es una orden ilustre y austera. En tiempos pasados el convento fue rico, las monjas eran todas nobles señoras y se producían incluso milagros. Pero con el correr de los siglos las damas de alto linaje fueron perdiendo la afición al ayuno y la plegaria, las grandes dotes dejaron de fluir a las arcas del convento y hoy apenas quedan unas pocas hermanas humildes y pobres que viven en una sola ala del vasto y decaído edificio, que parece que quiera fundirse con la roca gris que lo rodea. Y sin embargo, la comunidad es aún viva y alegre. Sus devociones son fuente de gozo inextingible, y las hermanitas se dedican alegremente a la tarea que hace muchos, muchos años, deparó al convento un único y singular privilegio: cultivar el mejor lino de Portugal, con el que fabrican la tela más fina del país.<br />
"El vasto campo frente al convento se ara con bueyes blancos como la leche, de manso mirar, y la semilla es sembrada hábilmente por virginales manos endurecidas en la labor, con las uñas llenas de tierra. En la estación en que florece el lino, el valle entero adquiere un color azul de aire, el mismo color del delantal que llevaba puesto la Sagrada Virgen para ir a coger huevos al gallinero de Santa Ana cuando el Arcángel San Gabriel, con su aleteo poderoso, descendió hasta el umbral de la casa y en lo alto, muy alto, una paloma, con las plumas del collar enhiestas y las alas vibrando, se recortaba en el cielo como una pequeña estrella plateada. Durante este mes los aldeanos de muchas millas a la redonda alzan los ojos hacia el campo de lino y se preguntan: "¿Ha subido el convento al cielo? ¿O han logrado las hermanas que el cielo baje hasta ellas?"<br />
"Cuando llega la estación, el lino se recolecta, se agrama y se rastrilla; después la fibra delicada se hila, el hilo se teje y, por último, la tela se extiende sobre l a hierba para que se blanquee, y se lava una y otra vez hasta que haya nevado en torno a los muros del convento. Toda esta labor se lleva a cabo piadosamente y con precisión, y con ciertas aspersiones y letanías que son un secreto del convento. A ello se debe que el lino, que se carga a lomos de pequeños asnos grises y, pasada la puerta del convento, desciende y desciende hasta llegar a la ciudad, sea blanco como una flor, liso y suave como era mi pie cuando, a los catorce años, lo lavaba en el arroyo para ir al baile de la aldea.<br />
"La diligencia, queridos señores, es buena cosa, y la religión también, pero el germen último de la historia procede de algún lugar místico ajeno a la historia misma. Así, la virtud del lino de Convento Velho le viene del hecho de que la primera semilla fue traía por un cruzado de la propia Tierra Santa.<br />
"En la Biblia, las gentes que saben leer pueden aprender cosas sobre las tierras de Lachis y Maresa, donde crece el lino. Yo no sé leer, y nunca he visto este libro del que tanto se habla. Pero la abuela de mi abuela, cuando era niña, fue la favorita de un viejo rabino, y sus enseñanzas se han guardado en la familia y se han transmitido de generación en generación. Así, en el libro de Josué podéis leer que Axa, hija de Caleb, se apeó del asno y gritó a su padre: "¡Dame bendición! ¡Pues que me has dado tierra de secadal, dame también fuentes de agua!" Y él le dio entonces las fuentes de arriba y ls de abajo. Y en los campos de Lachis y Maresa vivieron, más tarde, las familias que tejían el lino más fino de todos. Nuestro cruzado portugués, que descendía de una familia de grandes tejedores de lino de Tomar, cabalgando por esos mismos campos quedó impresionado por la finura de las plantas de lino, y se ató un saco de semillas al pomo de su silla de montar.<br />
"Así se originó el primer privilegio del convento, que era el de suministrar las sábanas de matrimonio para las jóvenes princesas de la Casa Real.<br />
"He de deciros, queridos señores, que en el país de Portugal las viejas y nobles familias observan una costumbre venerable. A la mañana siguiente a los esponsales de una hija de la casa, y antes de que se entreguen los regalos de boda, el chambelán o el gran senescal cuelgan de un balcón del palacio la sábana de la noche de bodas y proclaman solemnemente "Virginem eam tenemus". "Declaro que era virgen". Esa sábana no se lava ni se utiliza nunca más.<br />
"Nadie observaba esta costumbre venerable más estrictamente que la Casa Real, en la que ha persistido casi hasta nuestros días.<br />
"Desde hace muchos siglos también, y como señal de gratitud por la excelente calidad de su lino, el convento de los montes ha gozado de un segundo privilegio: el de recibir de vuelta el fragmento central de la sábana blanca como la nieve, que lleva el testimonio del honor de la desposada real.<br />
"En el ala principal del convento, desde la que se divisa un inmenso panorama de colinas y valles, hay una extensa galería de suelo de mármol blanco y negro. De los muros de la galería cuelga una larga hilera de pesados marcos dorados, rematados cada uno de ellos por una cartela de oro puro en las que figura inscrito el nombre de una princesa: Donna Christina, Donna Ines, Donna Jacintha Leonora, Donna María. Y cada uno de estos marcos encierra un retal cuadrado de una sábana real de boda.<br />
"En las manchas borrosas de las telas una persona de cierta imaginación y sensibilidad podría reconocer todos los signos del Zodíaco: la Balanza, el Escorpión, el León, los Gemelos. O discernir imágenes de su propio mundo de ideas: una rosa, un corazón, una espada, o acaso un corazón atravesado por una espada.<br />
"En los viejos tiempos podía verse en ocasiones una larga, majestuosa y colorida procesión que avanzaba por el paisaje de rocas grises en dirección al convento. Princesas de Portugal, que ahora eran reinas, o reinas-madres de otros países, archiduquesas o grandes electoras con sus espléndidos séquitos, llevaban a cabo un peregrinaje de naturaleza a la vez sagrada y secretamente jubilosa. Pasado el campo de lino la ruta se hace empinada; la dama real tenía que bajar de su carroza para recorrer la última parte del camino en un palanquín regalado al convento precisamente con esta finalidad.<br />
"Después, y aún en nuestros días, ocurre a veces, como puede ocurrir cuando se quema una hoja de papel, que después que todas las chispas han corrido por el borde del papel para ir a morir en un extremo surge una última chispa, pequeña y reluciente, que va corriendo detrás de las otras, que una solterona muy anciana, de alto linaje, emprenda la ruta hacia Convento Velho. Hace muchos años fue la compañera de juegos, amiga y doncella de honor de una joven princesa de Portugal. En el camino al convento, va contemplando el panorama que se extiende a sus pies. Llegada al edificio, una monja la conduce hasta la galería, frente al marco que lleva el nombre de la princesa a la que sirvió un día, y se despide de ella, comprendiendo que quiere quedarse sola.<br />
"Lenta, muy lentamente, una procesión de recuerdos desfila por la pequeña, venerable y cadavérica cabeza bajo la mantilla de negro encaje, que se inclina en señal de reconocimiento. La leal amiga y confidente recuerda la vida de casada de la joven princesa con el consorte real elegido. Revive los momentos alegres y los tristes, coronaciones y jubileos, intrigas cortesanas y guerras, el nacimiento del heredero del trono, los matrimonios de los príncipes y princesas de las nuevas generaciones, el orto y el ocaso de las dinastías. La vieja dama recuerda las profecías que se hicieron con las manchas de la sábana: ahora puede comparar la realidad con la profecía, con una leve sonrisa y un ligero suspiro. Cada pedazo de tela con el nombre inscrito en el marco que lo encierra tiene una historia que contar, y todos han sido puestos allí por fidelidad a la historia.<br />
"Pero en medio de la larga hilera hay una tela que no es igual que las otras. Su marco es tan hermoso y pesado como los demás, y ostenta con el mismo orgullo la placa dorada con la corona real. Pero en la cartela no hay ningún nombre inscrito, y la sábana enmarcada es de lino blanco como la nieve de una esquina a la otra: una página en blanco.<br />
"¡Os ruego, buenas gentes que venís a escuchar historias! ¡Mirad esta página, y reconoced la sabiduría de mi abuela y de todas las mujeres que narran historias!<br />
"Porque, ¡qué lealtad eterna e inquebrantable ha hecho colgar este pedazo de tela junto a los otros! Ante él, las narradoras de cuentos hemos de cubrirnos con el velo y guardar silencio. Porque si el padre y la madre reales que un día ordenaron que se enmarcase y colgase ese retal no hubieran conservado en su sangre una tradición de lealtad, quizá no habrían dado la orden.<br />
"Es frente a ese pedazo de puro lino blanco donde las viejas princesas de Portugal, reinas, viudas y madres con experiencia de la vida, con sentido del deber y con una larga historia de sufrimiento, y sus viejas y nobles compañeras de juegos, doncellas y damas de honor, permanecen de pie más tiempo.<br />
"Y es frente a la página en blanco donde las monjas jóvenes y viejas, y la propia madre abadesa, quedan sumidas en la más profunda de las reflexiones."<br />
<div>
<br /></div>
Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-12383511975827599302013-01-24T15:57:00.002+01:002013-08-08T13:02:18.118+02:00Un descanso verdadero, Amos Oz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcGs_uQ-cflr4KuuD8ymAeQ8W-efnP2qZL4w55yxkzv2ejncpxiQjJwYuh3iyitAZ2ZihdbghiV3o02NnOnIpQtQBJlpy2EpW90lkZUeyvBA1vTeGqH8sSe8fN8_tbnYYtU8P6-MIwJhcu/s1600/Oz.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcGs_uQ-cflr4KuuD8ymAeQ8W-efnP2qZL4w55yxkzv2ejncpxiQjJwYuh3iyitAZ2ZihdbghiV3o02NnOnIpQtQBJlpy2EpW90lkZUeyvBA1vTeGqH8sSe8fN8_tbnYYtU8P6-MIwJhcu/s320/Oz.jpg" width="209" /></a></div>
(Notas al vuelo.)<br />
<br />
Yonatán.<br />
<br />
Un kibutz es un objeto artificial. No es una ciudad, ni siquiera un pueblo, con historia. Es, en cierto modo, como las urbanizaciones de los suburbios americanos (o de cualquier ciudad; pensábamos en Revolutionary Road, gran película) donde se reúnen familias que pretenden tener vidas perfectas. Salvando las distancias, la opresión de esa entrega, esa felicidad forzosa, puede ser trágica.
Yonatán se siente así. No cabe allí su ansia de vida. Todo está programado. El deber de servir a la comunidad es lo primero y, además, con un idealismo que los pioneros pretenden ver vivo en las generaciones siguientes, las que ya han nacido en el kibutz. No cabe el desánimo ni cabe la tristeza.<br />
Novela de grandes temas. La identidad judía, ¿qué es? ¿Qué tiene en común un «chico de kibutz», con la dentadura perfecta y la piel dorada de trabajar al sol, con un recién llegado que ha vivido persecuciones a través de Europa?<br />
<br />
Azarías<br />
Un kibutz es un hogar. Personas que se cuidan mutuamente trabajan por un mundo mejor. Mejor, al menos, para los que, como él, han vivido huyendo como ratas. ¿Comiendo gatos? Ah, Azarías solo quiere pertenecer. Pertenecer a un pueblo. En segundo lugar quedan su fantasía desbordada y su ambición. Lo primero es esa necesidad de sentirse arropado que lo empuja a entretener como un bufón, a ser brillante como un niño. Azarías habla rápido porque tiene miedo de callarse. Yonatán no habla porque no tiene nada que decir, porque es todo ansia.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
Rimona<br />
Rimona es retrasada o es una santa. Ella sirve. Siempre hace cosas por los demás, hasta acostarse con ellos.<br />
<br />
La libertad<br />
—Te he preguntado qué proponéis vosotros. Tu Spinoza y tú. Si nadie tiene elección y siempre estamos entre la espada y la pared, entonces, ¿qué proponéis vosotros? Si en cualquier caso todo está perdido, ¿para qué ha escrito él ese libro y para qué estudias tú como un burro?<br />
—Mira, Yoni. Todo no está perdido. Eso no es lo que dice Spinoza. La idea de la libertad aparece en su obra de forma explícita. Tenemos la libertad de reconocer la necesidad y de aprender a aceptar con calma e incluso a amar las poderosas leyes que se ocultan detrás de lo inevitable.<br />
<br />
Oh, pero Yoni no acepta esa libertad. Se rebela.<br />
<br />
La culpa<br />
«Ojalá dejéis de sufrir maravillosas personas monstruos de redención dejad que me vaya en silencio al infierno, no me sujetéis no me sigáis como espíritus santos hasta el fin del mundo qué más os da que haya aquí una inmundicia menos una mancha menos. El que os ama y no puede más. Adiós. Yonatán.»<br />
<br />
«Solo yo me quedaré despierto. O quiero dormir, quiero enloquecer. No busco ninguna justicia, busco vida. Que es, más o menos, lo contrario a la justicia. Ya he dormido lo suficiente, a partir de ahora estaré despierto como un diablo. (…) Estoy solo y despierto y en seguida empezará el viaje.»<br />
<br />
Shrulik<br />
«Hace tiempo que desistí de intentar suscitar en Yolek y su rebaño de veteranos compasión. Y es que, de todas esas marchas militares, lo único que me ha quedado es la compasión. No una compasión infinita, es cierto. Solo hasta cierto límite. Pero compasión, a fin de cuentas. Todos la necesitamos. Y, sin ella, las amplias miras y los grandes ideales empiezan a devorar al hombre.»<br />
<br />
«De los asuntos del corazón, las pasiones, el comportamiento de un hombre con una mujer y todo eso, no comprendo nada. Son un pozo sin fondo. (…) En el mundo hay una profunda, constante e irremediable injusticia erótica. Esa injusticia convierte en ridículos e irrisorios todos nuestros incansables esfuerzos por construir una sociedad más igualitaria. No obstante, en mi modesta opinión, debemos hacer caso omiso de las burlas y perseverar en el esfuerzo. Pero sin soberbia, son modestia, humildad y precaución.»<br />
<br />
«He escrito “batalla”, y al oír esa palabra me acechan de pronto, desde detrás de la fina cortina de las ideas, las terribles y salvajes cordilleras de los sufrimientos primigenios. Esos sufrimientos que no somos capaces de aplacar; porque, ¿qué podemos hacer nosotros contra ese instinto primitivo que nos empuja a buscar sin cesar campos de batalla, «retos», a luchar, humillar, conquistar y vencer?»<br />
<br />
(Sería aconsejable, quizá, que quien no haya leído y desee leer esta novela lo dejara aquí)<br />
<br />
El desierto<br />
Pero Yoni no va a Europa ni a América. Yoni va al desierto y allí muere.
«¿Qué he sido durante todo este tiempo? ¿Quién me llama? Ya voy. Ya voy. Ahora. Frío e inmutable. (…) Solo ahora empieza su vida real. Realmente solo hay estrellas y oscuridad. El desierto es real. Este viento que sopla por la izquierda, sopla, cesa, sopla. Esto es lo único que tiene sentido para mí: Caminar solo por la noche. Formar parte del silencio.»<br />
<br />
La muerte simbólica de Yoni en el desierto es el pasaje culminante de la novela. Su entrega. La catarsis. Nuevamente, la culpa (oh, la niña muerta). Además, es muy bello.<br />
<br />
Sueltos<br />
Una gran novela, de altura. Ambiciosa y llena de fuerza. Al estilo se hace pronto el lector y alcanza momentos muy líricos. Muy bellos. Como si se hiciera el silencio y oyéramos entonces una voz dulce y misteriosa.<br />
<br />
Nos queda mucho por decir sobre Rimona, personaje extraño que adquiere una importancia y se gana un respeto cada vez mayores a lo largo de la obra.<br />
<br />
El padre, el político, el gran estadista, el constructor de la historia y la relación con el hijo. Tema patriarcal y de lucha generacional también presente, por supuesto. ¿No trata la novela del poder? Debería haber otro apartado.<br />
<br />
El poder<br />
Del hombre sobre el hombre, de un pueblo sobre otro pueblo. Shrulik reflexiona a menudo sobre el poder. Sobre lo inevitable de que el hombre sea lobo para el hombre. Y también Rimona, que sabe lo que cada uno necesita y cuál es su ansia.<br />
<br />
Sueltos<br />
Al final, parece Frank Capra quien escribiera. La bondadosa mirada de Shrulik se aleja cada vez más de las vidas individuales, que siguen con sus tareas cotidianas, sus conflictos y sus alegrías, y ve un pueblo en paz. Podría seguir alejándose y terminar en una estrella.<br />
<br />
Sorprendente final. ¿Es una broma? ¿Se ha convertido el autor a la ternura?
Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-6563771351532636502013-01-08T15:33:00.002+01:002013-01-08T15:34:30.440+01:00Expiaciónexpiación.
(Del lat. expiatĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de expiar.
expiar.
(Del lat. expiāre).
1. tr. Borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio.
2. tr. Dicho de un delincuente: Sufrir la pena impuesta por los tribunales.
3. tr. Padecer trabajos a causa de desaciertos o malos procederes.
4. tr. Purificar algo profanado, como un templo.
¶
Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-36915475209049535972012-12-11T17:10:00.000+01:002013-08-08T12:29:59.370+02:00sufrimientos primigenios<blockquote>
</blockquote>
(...) las terribles y salvajes cordilleras de los sufrimientos primigenios. Estos sufrimientos que no somos capaces de aplacer; porque, ¿qué podemos hacer nosotros contra ese instinto que nos empuja a buscar sin cesar campos de batalla, "retos", a luchar, humillar, conquistar y vencer? ¿Cómo reaccionar ante ese impulso ancestral de coger, como dice Rimona, una lanza o una espada y perseguir a un búfalo para clavarla en su cuerpo, someterlo, cazarlo, matarlo y festejar la victoria? ¿Y qué podemos hacer contra el cansancio vital, contra la crueldad no manifiesta y sádica; contra esa crueldad refinada, astuta, capaz de ponerse máscaras "positivas" y razonables¿ Cómo reaccionar ante la maldad que anida en nosotros y que nos convierte en seres insensibles, en eso que nuestros antepasados llamaban "incircuncisos de corazón", cuando incluso alguien como yo, lógico, moderado, sacerdote del pueblo, anacoreta, músico, a veces descubre esa maldad oculta en su alma? ¿Cómo evitar los áridos desiertos interiores? ¿Cómo superar el oscuro deseo de mandar sobre los demás, de humillar, de dominar, de crear dependencia, de atar, de someter al prójimo con telas de araña, finas y diáfanas, de culpa, de vergüenza, e incluso de gratitud?<br />
<blockquote>
</blockquote>
Un descanso verdadero, Amos Oz
Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-3322067771154363562012-12-08T16:23:00.002+01:002013-08-08T13:00:08.826+02:00Nieve, Orhan Pamuk<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBASeYzUMZ3R0DmMVzdn77DB1CX5bSRPg2t4dwYy56zYZ82JP5j303X7WzSy7_fj8YyN-T3sCseakI5S6zU2_O9coGe6j8QXuryX18gH0njEqwlOydcAhR5jTFAA9khhulROWjbj_NbyEe/s1600/Nieve+protada+1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBASeYzUMZ3R0DmMVzdn77DB1CX5bSRPg2t4dwYy56zYZ82JP5j303X7WzSy7_fj8YyN-T3sCseakI5S6zU2_O9coGe6j8QXuryX18gH0njEqwlOydcAhR5jTFAA9khhulROWjbj_NbyEe/s200/Nieve+protada+1.jpg" width="128" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwFBKj3ZutoWD3TFRzyvQ4EmMKJC2lC4NEO3-50D7R-JXHVPw6Nj_Skc6UtjnlmKMr_c8Prtks3cizOiyRUe9c2sj-9q3CH-CMM9M9kLAF66oBKBIU5GZsOksOL7hqSd7H3Htrt8m858vB/s1600/Nieve+portada+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwFBKj3ZutoWD3TFRzyvQ4EmMKJC2lC4NEO3-50D7R-JXHVPw6Nj_Skc6UtjnlmKMr_c8Prtks3cizOiyRUe9c2sj-9q3CH-CMM9M9kLAF66oBKBIU5GZsOksOL7hqSd7H3Htrt8m858vB/s200/Nieve+portada+2.jpg" width="130" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisQC3-4ORUpgna5HTgNBysEJib3qpp8ffQpKcRbCblXMr0xXkS4fM7ffSi4CsbH3d3VBmBEUABeDesXQmehdJ1sZku-ksL4Xj6aFVxMjK_PS0o20d8ulrKhwqWULwBzf_IcW7B08asviJq/s1600/Nieve+portada+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisQC3-4ORUpgna5HTgNBysEJib3qpp8ffQpKcRbCblXMr0xXkS4fM7ffSi4CsbH3d3VBmBEUABeDesXQmehdJ1sZku-ksL4Xj6aFVxMjK_PS0o20d8ulrKhwqWULwBzf_IcW7B08asviJq/s200/Nieve+portada+3.jpg" width="134" /></a></div>
<br />
La nieve infinita.<br />
<div>
Unifica, identifica, aísla, cubre. La nieve es omnipresente. Cada copo, a su vez, es diferente. Parece que su variedad es infinita. Infinita variedad y unidad. Así, la nieve está por todas partes. EL COPO DE KA<br />
<br />
Creación. Poesía.<br />
El silencio y el surgimiento de la poesía.<br />
¿Por qué escribe Ka en Kars? Como un torrente y de modo que parece atender al dictado.<br />
Miedo a la felicidad. Miedo a la esperanza..<br />
Acercamiento a Dios. Acercamiento a la pérdida y al amor.<br />
<br />
Occidente /Oriente<br />
Moral: indecencia, pornografía.<br />
Sentimiento de inferioridad de los turcos. Recibir una paliza puede aliviar la culpa. Y lo que dice Azul del viaje en tren en Alemania.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
Religión occidental/religión oriental<br />
<br />
El Dios de los occidentales (individual; cada uno tiene relación individual con Dios) y del Dios de los musulmanes, social. Como si Dios fuera aquello que confiere conciencia de pertenecer a un pueblo. El Dios de un pueblo.<br />
Pertenecer a algo. A un pueblo, a un grupo religioso, a una opción política.<br />
«Muthar, me da la impresión de que si comenzara a creer en Dios te llevarías una decepción, hasta me despreciarías.<br />
—¿Por qué?<br />
—Te dan miedo los individuos occidentalizados y solitarios que creen en dios por sí solos. Encuentras más seguro a un incrédulo que pertenece a una comunidad que a un creyente individual. Para ti, un hombre solo es más miserable y malvado que un incrédulo.»<br />
Más sobre lo mismo:<br />
«—¡Te estás engañando! Aunque creas, no significa nada el que creas tú solo. La cuestión es creer como los pobres y ser uno de ellos. Sólo creerás en Dios cuando comas lo que ellos, cuando vivas con ellos, cuando te rías o te ofendas con lo que se ríen y se ofenden ellos. No puedes creer en el mismo dios llevando una vida completamente distinta. Dios es lo bastante justo como para saber que el problema no es una cuestión de fe y lógica, sino de cómo se vive la vida entera.»<br />
Lugares<br />
Alemania/Occidente<br />
Estambul/burguesía<br />
Kars/auténtica Turquía/ pueblo<br />
Niveles narrativos<br />
El narrador es Orhan y constantemente avanza acontecimientos futuros: creación de expectativas, guía de la lectura, etcétera. Se relaciona con el siguiente tema:<br />
Representación. Teatro<br />
La pantomima del golpe de Estado, la pantomima de la vida que se representa allí como en uno de esos juguetes infantiles de cristal en el que, si lo giras en tu mano, comienza a nevar.<br />
Kars aislado del mundo. Pequeño mundo, mundo de nieve.<br />
Lo teatral cada vez es más evidente hasta alcanzar un nivel de caricaturización en que lo grotesco y cómico, y lo absurdo, se unen a lo trágico. Muy de lejos recordaría a un Valle-Inclán. Los hombres comienzan a parecer, más que hombres, personajes de trapo, muñecos articulados, monigotes. Así, un mismo tema es enfocado desde distintas perspectivas (las empañoladas, por ejemplo, sus suicidios), siempre intentando llevar el agua al propio molino. Nadie escucha a nadie. Grupúsculos que se dividen, odios tradicionales, intereses personales y económicos.<br />
Kars está aislado y es un puro teatro. El pequeño teatro del mundo. Pero así es en todas partes, también aquí: personajes que se reúnen a hablar y no se escuchan unos a otros.<br />
<br />
Novela en la historia<br />
Si alguna de las definiciones de novela incide de manera especial en su relación con la historia, es decir, con el lugar y el momento de ese movimiento del desarrollo cultural que llamamos historia (el cambio en la permanencia o viceversa), esta es especialmente novela en este sentido. La gran novela que reflejaba una sociedad y se instituía a sí misma como fresco, indagación y resumen de la misma, vuelve con él.<br />
Por eso, además o previamente al análisis de la novela o incluso a su lectura conviene una mínima introducción sobre Turquía. Porque a Pamuk le caen de todas partes en su país. Nadie lo quiere.<br />
Si en el siguiente artículo, que decido compartir por lo interesante respecto a nuestra lectura, no ven cierta similitud en el comportamiento de los alumnos pudientes, turcos al fin y al cabo, y los personajes de Nieve, díganmelo. O no, qué más da.<br />
http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=17&pag=1&size=n<br />
La idea de que avergüenza a los turcos ser turcos aparece varias veces en la novela (Azul, Ka). También se trasluce en el testimonio de esa profesora del link. Y en esta cita:<br />
«Y métete esto en la cabeza —continuó Sunay—. Estos estudiantes de Imanes y Predicadores que has visto arrestados hoy se han grabado tu cara en la memoria y nunca la olvidarán. Son capaces de tirar sus bombas en cualquier sitio, a cualquiera, con tal de que se oiga su voz. Además, teniendo en cuenta que anoche recitaste un poema en el teatro, pensarán que has tomado parte en la conspiración… hace falta un ejército laico para que todos los que están un poco occidentalizados, especialmente esos intelectuales con la nariz alta que desprecian al pueblo, puedan respirar con tranquilidad, en caso contrario, los islamistas los harían pedazos con cuchillos mellados, a ellos y a sus maquilladas mujeres. Pero los muy sabihondos, creyéndose muy europeos, miran presumidos por encima del hombro a los militares, que son quienes en realidad les protegen.»<br />
O en esta:<br />
«—Póngase de parte de los oprimidos y vaya a firmar el comunicado —contestó Ka.<br />
—No basta con estar oprimido, también hay que tener razón. Y la mayoría de los oprimidos están equivocados hasta la estupidez. ¿En qué creemos?»</div>
Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-88171430887429269812012-11-20T16:47:00.002+01:002013-08-08T12:32:11.305+02:00El copo de nieve de Ka: la simetría oculta<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdecvI_EUU5zL5NEsbeNnDRQ22reabuyt6RXFAriE3ofklFX7CCQ15sf3JuLzyYC0j6IaIEnYz1f8ysu6sPaGRCc_SprwOQkF68Q81wUupVl4qh-9OpNtgTCe_q7buRFGtw_ppilTIxHtn/s1600/IMG_20121120_163117.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdecvI_EUU5zL5NEsbeNnDRQ22reabuyt6RXFAriE3ofklFX7CCQ15sf3JuLzyYC0j6IaIEnYz1f8ysu6sPaGRCc_SprwOQkF68Q81wUupVl4qh-9OpNtgTCe_q7buRFGtw_ppilTIxHtn/s640/IMG_20121120_163117.jpg" width="480" /></a></div>
<br />Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-65509183724019736872012-11-20T16:45:00.000+01:002013-08-08T12:32:52.602+02:00Asturias - Kars <div>
5000 kilómetros, 57 horas. </div>
<div>
No es cuestión de distancias la lejanía, caso de haber tal lejanía.</div>
<div>
<br /></div>
<iframe frameborder="0" height="350" marginheight="0" marginwidth="0" scrolling="no" src="https://maps.google.es/maps?f=d&source=embed&saddr=Asturias&daddr=Kars,+Turqu%C3%ADa&hl=es&geocode=FQfzkwId5rOk_ymdsJ5g-ow2DTE6nsZ9K_O1-A%3BFdvCawIdYKeRAil5FbPcwo5pQDF1CZM0AEycnw&gl=es&mra=ls&sll=40.647304,43.154297&sspn=33.993784,78.837891&ie=UTF8&t=h&ll=40.647304,42.802734&spn=5.64386,49.08362&output=embed" width="425"></iframe><br />
<small><a href="https://maps.google.es/maps?f=d&source=embed&saddr=Asturias&daddr=Kars,+Turqu%C3%ADa&hl=es&geocode=FQfzkwId5rOk_ymdsJ5g-ow2DTE6nsZ9K_O1-A%3BFdvCawIdYKeRAil5FbPcwo5pQDF1CZM0AEycnw&gl=es&mra=ls&sll=40.647304,43.154297&sspn=33.993784,78.837891&ie=UTF8&t=h&ll=40.647304,42.802734&spn=5.64386,49.08362" style="color: blue; text-align: left;">Ver mapa más grande</a></small>Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-29166542470439144572012-11-08T14:16:00.002+01:002013-08-08T12:33:54.638+02:00Los espectros, Andreiev. Lectura<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4KOMUTrsH6ko6hbT_2xlDHPA0AcBK4oaT3KAVQUrzOoBQmZn8IJfQexwmJSd38mnmVo1FejRu4M0PFc2R7mEQat8BCGKj8R4nC8MQJHOCEHcJO3NVstHCHhS2jAM2m3vgIi_5thQLV1hA/s1600/CUA0029.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4KOMUTrsH6ko6hbT_2xlDHPA0AcBK4oaT3KAVQUrzOoBQmZn8IJfQexwmJSd38mnmVo1FejRu4M0PFc2R7mEQat8BCGKj8R4nC8MQJHOCEHcJO3NVstHCHhS2jAM2m3vgIi_5thQLV1hA/s1600/CUA0029.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="white-space: pre-wrap;">Gustó </span><i style="white-space: pre-wrap;">Los espectros</i><span style="white-space: pre-wrap;">. Una novelita tan corta que casi ni novela se debería llamar. De Andreiev: </span><a href="http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1391" style="white-space: pre-wrap;">http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1391</a></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; white-space: pre-wrap;">¿Por qué se titula <i>Los espectros</i>?, preguntó alguien al final, iluminándonos. ¡Claro! Por qué si no porque espectros son los locos encerrados en el manicomio tras un alto muro y espectros son los cuerdos. La división que parecía haber al principio, o que el lector creía que había, entre el mundo de los locos, espacio cerrado del manicomio rodeado de un bosque susurrante, y el mundo de los cuerdos, el restaurante Babilonia, se va deshaciendo ante él, ante el lector, hasta que ya no sabe qué ámbito corresponde a quién o, más aún, si hay siquiera dos ámbitos o, incluso, si no están todos locos...</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; white-space: pre-wrap;">¿No están todos locos? ¿No es el enamoramiento sin esperanza de la enfermera una locura? ¿No son los clientes del Babilonia, donde el doctor pasa noche tras noche, meros espectros que se suceden uno tras otro sin diferenciarse, que ni a personas llegan? Y el doctor, que parece ser el único personaje que se mueve entre esos dos espacios, camina de vuelta al manicomio en la noche de verano sin ver lo que hay a los lados del camino. El doctor apenas habla, pero parece que habla. El doctor, ¿no es también un loco? </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="white-space: pre-wrap;"><b>Salto de línea y spoilers</b></span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="white-space: pre-wrap;"></span></span><br />
<a name='more'></a><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="white-space: pre-wrap;">La belleza y el horror están, sí, por todas partes. Los locos son seres poéticos en esta obra y se nos hace pensar si no será simplemente la suya una mirada poética, una forma diferente de ver la realidad. La paranoia absoluta de Petrov estremece al lector. Su muerte y esos últimos instantes de su vida que conocemos son tan bellos y terribles que nos dejan un silencio en el alma. </span><span style="white-space: pre-wrap;">La bandada de grajos. Oh, la bandada de grajos:</span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="color: #444444;"><span style="white-space: pre-wrap;">«Formaban una larga cinta viviente y, aunque eran numerosos, en sus gritos se adivinaba un sentimiento de soledad, el temor de una interminable noche fría, una queja dolorosa.»</span></span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="white-space: pre-wrap;">Pomerantzev, ese loco quijotesco (maníaco depresivo casi siempre eufórico, diagnostica alguien en el grupo), al final se convierte en doctor, y lo hace muy bien. Consuela a la madre de Petrov (otra loca, como el hermano de Petrov, escritor contra el que se hacen conjuras, dice). Pomerantzev, el loco feliz, el Quijote que consigue que los demás bailen a su son, el que sabe quién es, se aburre al fin y se va en compañía de Nicolás, el buen santo. El delirio es real. Se van volando. ¿Realismo mágico? En absoluto: culmen de una progresión en la pérdida de significado de la oposición locura/cordura en el nivel de la narración. ¡Es el narrador quien se ha vuelto loco! ¿O no? ¿O es el lector quien, también, también está loco? </span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="white-space: pre-wrap;">Andreiev ha creado una obra inquietante y bella. En el grupo de lectores ha entusiasmado a algunos de entre los que, por cierto, había quien temía el trato que se daría a la locura y al manicomio (la palabra ya atemoriza) antes de comenzar a leer. A quien no ha entusiasmado ha gustado. ¿A alguien no ha gustado? Sí, a alguien no ha gustado. Pero no entendemos por qué...</span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="white-space: pre-wrap;">La obra se abordó a ratos desde una perspectiva histórica y social, pero parecimos de acuerdo en que la escritura y la lectura eran absolutamente poéticas. Ninguna intención de denunciar la locura como forma de exclusión de inadaptados o de quienes molestaban al modo de los estudios de Foucault, como se ha mostrado recientemente en novelas de gran calidad (Agnes Grey, recordamos en este momento, de Margaret Atwood). </span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="white-space: pre-wrap;"><br /></span>
<span style="white-space: pre-wrap;">Añadimos el consejo de leer el resto de los relatos de Andreiev, algunos publicados recientemente por la editorial El Olivo Azul: <a href="http://www.elolivoazul.es/catalogo/34/el_abismo/">El abismo</a>. </span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; white-space: pre-wrap;">Para más información, ver entrada de <a href="http://navatallerdelectura.blogspot.com.es/2012/11/introduccion-los-espectros-leonid.html">introducción</a>.</span><br />
<span style="font-family: Verdana; font-size: x-small;"><span style="white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<br />
<div>
<br /></div>
Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-9691516155697936522012-11-08T14:11:00.004+01:002013-08-08T12:34:32.092+02:00Introducción a Los espectros, Leonid Andreiev<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWEnTSwPD_AMXTxrY8pnp0CPiyT7vaiMRhImWKZ1YxzUwd9xXSO3wSN8b9RaBD_1u4JSnqOw3-b4pr8NcsDlsfHE2ibuslgZd75XZHEiCdVmqdGR0FQtCsYLM5z7IFWvYrW_gSGUgJvha-/s1600/ANDREIEV-Espectros1-1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; display: inline !important; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="140" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWEnTSwPD_AMXTxrY8pnp0CPiyT7vaiMRhImWKZ1YxzUwd9xXSO3wSN8b9RaBD_1u4JSnqOw3-b4pr8NcsDlsfHE2ibuslgZd75XZHEiCdVmqdGR0FQtCsYLM5z7IFWvYrW_gSGUgJvha-/s200/ANDREIEV-Espectros1-1.jpg" width="200" /></a><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">(Grupo de lectura de la biblioteca de Nava, octubre 2012)</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
</span><br />
<div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Leer a Leonid Andreiev (1971-1919) es bucear en otra realidad. Belleza sobrecogedora y vértigo los de este escritor ruso no demasiado conocido. No tan conocido, al menos, como otros que expresaron su admiración por él. Como Gorki, su mentor. Andreiev nació en la zona de Tolstoi y Turgeniev, fue de origen humilde pero tuvo éxito en vida, fue antizarista pero se desencantó muy pronto del comunismo… </span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
La percepción de la realidad no es la que llamamos normal en el manicomio, donde transcurre la mayor parte de la novela, por más que lo sea para los internos que viven en él; pero tampoco lo es en el Babilonia, un restaurante al que cada noche acude el director de la clínica a embriagarse y cuyos clientes consideran un mundo más real que el que conocían antes de llegar allí.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
«Y mientras bebían se percataban de que la vida sobria que habían llevado hasta entonces no era sino una mentira, un engaño; de que la verdadera vida, la vida real, estaba allí, en aquellos lindos ojos bajos, en aquellas exaltaciones del sentir y el pensar, en aquel vaso que alguien acababa de romper, derramando sobre el mantel un vino color de sangre.»</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
¿Qué es el mundo real?</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿No es muy fina la línea entre la locura y la cordura?</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Y el espacio tan sosegado, extrañamente inmóvil de esta novelita, no la hace más y aún más turbadora?</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
Tolstoi: “Andreiev quiere darme miedo, pero yo no tiemblo”.</span><br />
<br />Estefanía Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03486954335534337479noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-36473601867154069062012-06-17T03:05:00.000+02:002013-08-08T12:35:34.750+02:00El gatopardo, Giuseppe Tomasi di Lampedusa<style type="text/css">
<!--
@page { margin: 2cm }
P { margin-bottom: 0.21cm }
-->
</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgToXN1pF8thiWV8HwKoTbGJVe0OD0crCgzPTruoDSSpb4XeiS8-S06FA1o54B1d7zp8T20MAtED7cr7SkE3Nu_zJH0s2BPjTRa1_UxZJ-Bsr3vhZJSMEcFWH4KGBlgGnr91h2LpPhl5wk/s1600/lampedusa.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgToXN1pF8thiWV8HwKoTbGJVe0OD0crCgzPTruoDSSpb4XeiS8-S06FA1o54B1d7zp8T20MAtED7cr7SkE3Nu_zJH0s2BPjTRa1_UxZJ-Bsr3vhZJSMEcFWH4KGBlgGnr91h2LpPhl5wk/s1600/lampedusa.png" /></a></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<i>"</i>Si queremos que todo siga como está,
es necesario que todo cambie". Esta frase extraída de <i><b>El
gatopardo</b></i> puede sonar muy actual y muy revolucionaria, pero
es necesario leer la novela de de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Giuseppe_Tomasi_di_Lampedusa" target="_blank">Giuseppe Tomasi di Lampedusa</a> (1896-1957) para comprender todo su significado, y por qué el
adjetivo <i>lampedusiano</i>, define a un cínico y no a un
indignado.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Nadie mejor para interpretar un texto
que no llega a nosotros en su escritura original que el traductor de
la obra. Por eso contaremos con <a href="http://www.gijon.es/site/9/noticias/show/11771" target="_blank"><b>Ricardo Pochtar</b></a>, señor que
también hizo posible la lectura de <i>El nombre de la rosa</i> de Umberto Eco para
cualquier hispanoparlante, entre muchos otros trabajos.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjepH-TH758HXHQ5ylRfRD3a1qBIDmnexxc5saqEPSIBvu2kgAa-hPI9zv6Loh-qY2eDtl1cIq7X8PgjH8pQAG04z230FOB9ibApebQGPIfjBnEb9NcYt-6zAaRBCgYtTBD0w6lfapXvsg/s1600/ricardopochtar.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjepH-TH758HXHQ5ylRfRD3a1qBIDmnexxc5saqEPSIBvu2kgAa-hPI9zv6Loh-qY2eDtl1cIq7X8PgjH8pQAG04z230FOB9ibApebQGPIfjBnEb9NcYt-6zAaRBCgYtTBD0w6lfapXvsg/s1600/ricardopochtar.jpg" /></a></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<a href="http://critica.cl/literatura/la-traicion-del-traductor" target="_blank">Aquí</a> pueden leer un interesante
artículo de Ricardo Pochtar sobre ese trabajo nunca suficientemente
valorado que es la traducción. También podemos leer algunos de
sus <a href="http://airepalabras.blogspot.com.es/2006/12/ricardo-pochtar.html" target="_blank">poemas</a>. ¿Cómo no plantearse la poesía quien ha buscado tanto
el sentido y la significación de un texto hasta su más concreta
definición en otras palabras, en otro lenguaje? ¿O fue antes la poesía? La lectura deja
huella, y la escritura, ¿y la traducción?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Más preguntas y respuestas en nuestro próximo encuentro: 19 de junio de 2012. </div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-65806816343879302812012-06-14T02:08:00.000+02:002013-08-08T12:36:56.218+02:00Tiempos difíciles, Dickens<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyJpyYq1o7QcRajEe7AlxixXmigdAisTqmwjvDSL4nyQWLlQ67iXLbunxjRM747hLpqyK2G6XX7QjR8QxgScfJTmQPSFJSeYs3Hg2UosyOcCzOInDe5TFJ2io_n35_T_zu7NDP5Tu4FHg/s1600/german.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyJpyYq1o7QcRajEe7AlxixXmigdAisTqmwjvDSL4nyQWLlQ67iXLbunxjRM747hLpqyK2G6XX7QjR8QxgScfJTmQPSFJSeYs3Hg2UosyOcCzOInDe5TFJ2io_n35_T_zu7NDP5Tu4FHg/s200/german.JPG" width="150" /></a>Estamos hechos de palabras. Con esos cuatro términos que alguien pronunció en nuestra reunión sobre
<i><b>Tiempos difíciles</b></i> de Charles Dickens, podemos
interpretar el mundo.<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Confirmamos la actualidad de la obra de
Dickens: las relaciones humanas dan lugar al folletín, la realidad
se refleja terrible y siniestra sin dinero.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Pero hay algo que se desliza entre
todos, ajeno a una realidad que no conoce, tal vez porque sea lector
y tenga, como nosotros, esa capacidad para disfrutar de la literatura
e interpretar el mundo por encima de todo. O porque no pueda hacer
otra cosa que avanzar. ¿Quién sabe por qué Germán ha llegado
hasta nosotros? ¿De dónde viene? ¿Quién es?</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Alguien nos ha contado parte de su
historia, pero sólo la conocerán los que tengan acceso al precioso
pliego manuscrito. Nadie nunca volverá a disfrutar de ese momento de lectura,
es nuestro.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-84350826874982938492012-05-22T17:58:00.001+02:002013-08-08T12:37:54.473+02:00Tiempos difíciles, Dickens<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9xqwI8srTYm1q_1Km_sTf5lht1P66No6ECCnHAOIvRzOfI0QmAL7cn8BkplgHNENDMQxxgvwGps6Cp_AUdl4q48wEiTDc9EfM_AW6baKEJOJXLi7F0-FEyLJOcQkxQ4_Jvwb5Qts_PVg/s1600/dickens.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9xqwI8srTYm1q_1Km_sTf5lht1P66No6ECCnHAOIvRzOfI0QmAL7cn8BkplgHNENDMQxxgvwGps6Cp_AUdl4q48wEiTDc9EfM_AW6baKEJOJXLi7F0-FEyLJOcQkxQ4_Jvwb5Qts_PVg/s200/dickens.jpg" width="136" /></a></div>
Nos unimos a la celebración mundial de los 200 años desde el nacimiento de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Dickens" target="_blank">Charles Dickens</a>, uno de los grandes nombres de la Literatura: el martes 29 de mayo comentaremos <b>Tiempos difíciles</b>. Probablemente esta sea la novela más comprometida de Dickens, teniendo en cuenta, además, que siempre reflejaba con minuciosidad la
sociedad de su tiempo. Con una actitud claramente crítica, se centra en la observación de un entorno fabril y obrero, para mostrar sin piedad las
desigualdades sociales que provocó la revolución industrial (y que, por
desgracia, aún colean en nuestro tiempo).<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlms4Ct9ieMqRT1ZCGuU2hzwYE5FG6YHZklLRdzkaF27C7uTbwI7nOn-kdRzAKRIhfuBjujGdt5QjAPnJHVolApY_0ld-089-YJj6YRtkaVstHgff0BuD13Isisg9GWv9oVVFaFFUt7wc/s1600/IMGP4495.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlms4Ct9ieMqRT1ZCGuU2hzwYE5FG6YHZklLRdzkaF27C7uTbwI7nOn-kdRzAKRIhfuBjujGdt5QjAPnJHVolApY_0ld-089-YJj6YRtkaVstHgff0BuD13Isisg9GWv9oVVFaFFUt7wc/s200/IMGP4495.JPG" width="150" /></a> Y no nos olvidamos del <i>cachorru babosu</i> Germán, un personaje que busca aventuras. ¿Quién quiere escribirlas?<span id="goog_1619231070"></span><span id="goog_1619231071"></span>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-40604353066200092052012-05-17T02:11:00.000+02:002013-08-08T12:38:42.219+02:00Un viaje para Germán<style type="text/css">
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl0Ns30MOFb7VNK-3g8w5tD5n_g8lMTS5wldddFc4qZVVhQnaRkHMTyT5AgGpeGWgXiqHrsxVenH0Ce0CUrR4j61mq3vMIbv05ELfGxxc8pLbJNAZdZ7Xir_TnBkNTdN6xJyL7-AbbkAo/s1600/celine.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="120" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl0Ns30MOFb7VNK-3g8w5tD5n_g8lMTS5wldddFc4qZVVhQnaRkHMTyT5AgGpeGWgXiqHrsxVenH0Ce0CUrR4j61mq3vMIbv05ELfGxxc8pLbJNAZdZ7Xir_TnBkNTdN6xJyL7-AbbkAo/s200/celine.jpg" width="200" /></a></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Si nuestro sentido del humor dio buena
cuenta de Kafka, no podía ser menos con Céline. Con toda diversidad
de gustos y apreciaciones, interpretamos la obra de este polémico
“negador de todo”, descubriendo una vez más que <b>Viaje al fin de la noche</b> es una novela que sigue teniendo mucho que contar.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Y aunque utilicemos las nuevas
tecnologías para contar nuestras aventuras lectoras, no renunciamos
a lo <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNKNI6DpHyMl05fJW_wPAKIO1mVW0zsy6DRTZwGvKkOAJTnXVVH0c1G164L7OCVziqycthkGw5RC6h9BjFfogxcD6bnhTNoNvp9cfC_EO3Mc7qZYCT-2haU_nX2adFDAeaZyetOU7tOLc/s1600/kamishibai.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNKNI6DpHyMl05fJW_wPAKIO1mVW0zsy6DRTZwGvKkOAJTnXVVH0c1G164L7OCVziqycthkGw5RC6h9BjFfogxcD6bnhTNoNvp9cfC_EO3Mc7qZYCT-2haU_nX2adFDAeaZyetOU7tOLc/s200/kamishibai.jpg" width="200" /></a>más cercano, por eso la idea del kamishibai ha tenido
magníficos frutos. Obras de las que sólo podrán disfrutar en
directo cuando estén completadas. Desde un poema de Kavafis hasta
una nueva interpretación de los cuentos de Andersen, tenemos
capacidad para recrear lo escrito.
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
También tenemos un personaje que busca
aventuras, se llama <b>Germán</b>, y no es humano es llimaz.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-79261953234590885482012-05-05T03:47:00.002+02:002013-08-08T12:39:15.248+02:00Kamishibai<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF01xeUYEoXkYsquleutv82mKbsMoPH4kJyCxeezIkNq9QGU-Bt0fURuXf4RLrf3t5Ayod8hek9IDeVKWLh7soR4WnTiG9iN0GyKqp98HpfA8BuvZNXDw36YCWuZZ4zV9OUk8FyBuUnXc/s1600/kamishibai.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF01xeUYEoXkYsquleutv82mKbsMoPH4kJyCxeezIkNq9QGU-Bt0fURuXf4RLrf3t5Ayod8hek9IDeVKWLh7soR4WnTiG9iN0GyKqp98HpfA8BuvZNXDw36YCWuZZ4zV9OUk8FyBuUnXc/s320/kamishibai.jpg" width="320" /></a></div>
<b>Kamishibai</b> <span style="font-weight: normal;">(</span><span style="font-family: Droid Sans Fallback;"><span style="font-size: x-small;"><span lang="zh-CN"><span lang="ja-JP"><span style="font-weight: normal;">紙芝居</span></span></span></span></span><span style="font-weight: normal;">)</span>,
literalmente significa "<i>drama de papel</i>", es una
forma de contar historias que se originó en los templos budistas de
Japón en el siglo XII, donde los monjes utilizaban <i>emaki</i>,(pergaminos
que combinan imágenes con texto) para combinar historias con
enseñanzas morales para audiencias mayormente analfabetas. Se
mantuvo como un método para contar historias durante varios siglos,
pero posiblemente se le conozca más por su renacimiento en los años
1920 hasta los años 1940. El <i>gaito kamishibaiya</i>, o cuentista
golpeaba dos pedazos de madera comúnmente unidos por una cuerda,
llamadas <i>hyoshigi</i>, para anunciar su llegada a las diferentes
villas. Los niños que compraban dulces a los <i>gaito kamishibaiya</i>
tomaban los primeros asientos al frente del escenario. Una vez
ubicada la audiencia, <i>gaito kamishibaiya</i> contaba varias
historias utilizando para ello un pequeño escenario de madera que en
la mayoría de los casos poseían muchos detalles artesanales en el
que se insertaban ilustraciones que se iban removiendo a medida que
se contaba la historia. Las historias eran a menudo series de cuentos
cuyos nuevos episodios eran contados en cada visita a las villas.<br />
El resurgir del Kamishibai se puede asociar a la gran depresión
de los años veinte donde se convirtió en un medio en el cual los
desempleados podían ganar una pequeña cantidad de dinero. La
tradición fue en gran medida suplantada por la llegada de la
televisión entrado en los cincuenta pero fue recientemente revivida
en las bibliotecas japonesas y escuelas elementales.<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><i>(Extracto de la wikipedia).</i></span></div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-23371663835128447492012-05-05T03:41:00.001+02:002013-08-08T12:39:49.194+02:00viaje al fin de la noche, Louis Ferdinand Céline<style type="text/css">
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</style>
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Tras la lectura de Jose Luis Sampedro
afrontamos un clásico imprescindible: <b>Viaje al fin de la noche</b>, del
francés Louis Ferdinand Céline.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Para la mayoría de los críticos esta
novela, junto con <b>Ulises</b> de James Joyce, son el fundamento
novelístico del siglo XX. El tercer fundamental en esta disputa es
<b>El proceso</b> de Franz Kafka, del que dimos buena cuenta –destripándolo
hasta la carcajada– en fechas recientes.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaklJoVbjwcNpZEVpzv2MerE2ZgxTZA7_suCgCa6uYxkpreX0cgZjwEPOlZGIYEcVy__9XMbggSFMJ9zIz2TB8PJPvm5jCcZlq9C9mKuQIUoCPG6Nps2TgUtWlE2-RIeDt8yDN4mCkb_4/s1600/celine.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaklJoVbjwcNpZEVpzv2MerE2ZgxTZA7_suCgCa6uYxkpreX0cgZjwEPOlZGIYEcVy__9XMbggSFMJ9zIz2TB8PJPvm5jCcZlq9C9mKuQIUoCPG6Nps2TgUtWlE2-RIeDt8yDN4mCkb_4/s320/celine.jpg" width="302" /></a></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
La prosa de Céline sigue ardiendo, aún
más cuando el lenguaje utilitario se propone “políticamente
correcto”. Se hace difícil distinguir lo provocativo que tuvo en
la época su lenguaje.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Nadie duda hoy en día de que Jacques
Cousteau es uno de los mayores defensores de la vida en los océanos,
pero si ven su primer documental (<i>El mundo del silencio</i>,
ganador del Oscar en su modalidad en 1956) se pueden escandalizar al
ver que se usa la dinamita para hacer un censo de peces, o cuando la
tripulación remata a los tiburones sobre la cubierta, o cuando el
barco mata a un ballenato por acercarse demasiado a un banco de
ballenas en su afán de filmación.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
Autores que reconocen esta novela: Vonnegut, Baricco, Bukowski, Houellebecq, Ellroy, Cortázar, Bryce Echenique.</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
El martes 8 de mayo le arreglaremos las cuentas a Céline y su famosa obra. </div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-55826244888070431772012-04-04T03:00:00.001+02:002012-04-10T11:15:58.334+02:00LA SONRISA ETRUSCA, de Jose Luis Sampedro<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIqXBqPhgS_rouPu2B3JcjwNorv8Dtq5gplidroj40Bfmi8Itls6cnTQ0N-Q5_AYJnZr69JDsDBgw2fxsq5XBg5KptvznH6iiGi3PuDnZ1-TAJRA2_qLwlpBXuyBkiXBjAKwg7Il55bOU/s1600/etruscos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="131" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIqXBqPhgS_rouPu2B3JcjwNorv8Dtq5gplidroj40Bfmi8Itls6cnTQ0N-Q5_AYJnZr69JDsDBgw2fxsq5XBg5KptvznH6iiGi3PuDnZ1-TAJRA2_qLwlpBXuyBkiXBjAKwg7Il55bOU/s200/etruscos.jpg" width="200" /></a></div><style type="text/css">
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</style> <br />
<div style="margin-bottom: 0cm;"><span id="goog_223240702"></span><span id="goog_223240703"></span>El motivo de nuestro próximo encuentro es la novela de Jose Luis Sampedro <i>La sonrisa etrusca.</i></div><div style="margin-bottom: 0cm;"> Don Jose Luis nació en 1917, así que rondaba los sesentaimuchos cuando escribió la novela protagonizada por ese inolvidable cascarrabias: Salvatore Roncone.</div><div style="margin-bottom: 0cm;"> No se extrañen si un día todo el sistema informático se echa a perder, y todos volvemos a tener una enciclopedia en casa, si para ilustrar el término <i>humanista</i> aparece una foto de Jose Luis Sampedro.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii8K6XAXjo0sIwhEQ_naOe8Jy5F_OYldBhH1hOLy1kYYZ_4k9Epyyz8na0wQd12Lex76Ic5cli0xVKoaQlID5gicHtUxGxfU1hc9YaqB91XcAVYJYKFxJ1E93dnFMWfqyOKcInbBM7a78/s1600/joseluissampedro.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii8K6XAXjo0sIwhEQ_naOe8Jy5F_OYldBhH1hOLy1kYYZ_4k9Epyyz8na0wQd12Lex76Ic5cli0xVKoaQlID5gicHtUxGxfU1hc9YaqB91XcAVYJYKFxJ1E93dnFMWfqyOKcInbBM7a78/s320/joseluissampedro.jpg" width="320" /></a></div><div style="margin-bottom: 0cm;"> Y si hay quien duda de que este miembro de la Real Academia de la Lengua sigue en activo, sepan que es el autor del prólogo de la edición española de <i>¡Indignaos!</i>, el famoso libro de Stéphane Hessel.</div><div style="margin-bottom: 0cm;"> Pero lo que ahora nos interesa, como lectores, es qué le pasa a ese <i>guerristón</i> Salvatore, a su nieto, su hijo, su nuera y todo lo demás.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-636885906475692306.post-82590107825958431812012-03-08T20:44:00.000+01:002012-03-08T20:44:24.642+01:00EL PROCESO, de Franz Kafka.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIoUrVxrePomf9DDtYyhrEIA3imEAKJ60KskEJfQXTrnZM81-H15pzFI2R58uCSPA3FIGN27Q67wuoXfVwaRScbvby4I880zLBm3XyrSfGf9X1g6FMxTgSyS40tWNlrepCiSsKSBhQa0k/s1600/kafka.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIoUrVxrePomf9DDtYyhrEIA3imEAKJ60KskEJfQXTrnZM81-H15pzFI2R58uCSPA3FIGN27Q67wuoXfVwaRScbvby4I880zLBm3XyrSfGf9X1g6FMxTgSyS40tWNlrepCiSsKSBhQa0k/s200/kafka.jpg" width="160" /></a></div>Josef K., empleado de un banco, se despierta una mañana cualquiera en la pensión donde reside con la extraña visita de unos hombres que le comunican que está detenido, aunque por el momento seguirá libre. Le informan de que se ha iniciado un proceso contra él y le aseguran que conocerá los cargos a su debido tiempo. Así comienza una de las más memorables y enigmáticas pesadillas jamás escritas, nuestra próxima lectura: EL PROCESO, de Franz Kafka.<br />
De esta obra, del adjetivo kafkiano, del traidor amigo Max Brod y mucho más hablaremos el próximo martes.<br />
<br />
Aquí podemos ver las primeras escenas de la película, basada en la novela, que dirigió en 1962 Orson Welles. <br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/82mnnLeM7Eo?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>Unknownnoreply@blogger.com