Hasta ahora nuestras lecturas tendían a una exploración interior, universos compartidos que siempre han dado para mucho comentario e intercambio de pareceres, pero con las creaciones de Jorge Ordaz hemos tenido que viajar de verdad en el tiempo y el espacio. Y su presencia, sabia, pausada, esclarecedora, nos ha descubierto un mundo olvidado. Y ha transmitido la inquietud necesaria a un grupo de lectores que difícilmente podremos pensar en esos paraísos del Pacífico, antaño territorio español, sin tener presentes sus comentarios y sus obras.