Si nuestro sentido del humor dio buena
cuenta de Kafka, no podía ser menos con Céline. Con toda diversidad
de gustos y apreciaciones, interpretamos la obra de este polémico
“negador de todo”, descubriendo una vez más que Viaje al fin de la noche es una novela que sigue teniendo mucho que contar.
Y aunque utilicemos las nuevas
tecnologías para contar nuestras aventuras lectoras, no renunciamos
a lo más cercano, por eso la idea del kamishibai ha tenido
magníficos frutos. Obras de las que sólo podrán disfrutar en
directo cuando estén completadas. Desde un poema de Kavafis hasta
una nueva interpretación de los cuentos de Andersen, tenemos
capacidad para recrear lo escrito.
También tenemos un personaje que busca
aventuras, se llama Germán, y no es humano es llimaz.